Decir NO.
- EmaBlogger
- 13 oct 2018
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 23 abr 2019

Hoy aprendí a decir no. Y no porque me levanté con el pie izquierdo de la cama, o porque ayer mi novio decidió terminar nuestra relación, no es por eso tampoco. Pienso que la palabra no es muy poderosa, y eso necesito, poder. Poder para hacerle frente a mis miedos, como el miedo a quedarme sola, que dicho sea de paso, a partir de ayer esa idea volvió a pasar por mi mente, o el miedo de morir trabajando donde trabajo ahora, pero no, tampoco es por los miedos, como tampoco es por la incomodidad que tengo de tener que explicarle al mundo mis frustraciones, pues, para ser sincera, llevo una vida bastante tranquila, si tranquilo me refiero a que no ando escondiéndome o rezando para no escuchar más bombardeos, así que no es porque siento culpa de quejarme de mis problemas primermundistas, no, no es por eso. ¿No será que tengo atravesado un rotundo no en el pecho que jamás llegó a salir cuando Gustavo me dio la primera cachetada?, esa vez debí gritarle mi primer no, pero no lo hice, porque me negué a mí misma, y con ello, le di a él el poder que yo ahora exijo tener en mí. Y no quise aceptar que mi soñada relación no era más que un par de caras en redes sociales que sonreían momentáneamente a una cámara, para que yo inmediatamente pueda incluirla en mi página, y haga creer a todos, incluida a mí misma, que era feliz, tal como en la foto. Y la razón tampoco radica en el hecho de que cuando era niña jugaba sola porque prefería ver a un par de muñecas sonrientes frente a mí, que a un montón de niñas gritonas alrededor fijándose aquello que yo no tenía para sentirse mejor con ellas mismas, tal como se esperaba que reaccionen desde pequeñas, pues se nos inculca el sentimiento de competencia desde que nacemos, la mujer es la enemiga de la mujer, y que cansancio vivir así. No, no creo que esa sea la razón.
Quiero gritarle al mundo que no. No quiero ser una víctima, no quiero ser una verduga, no quiero negarme a mí misma, no quiero aceptar mis mediocridades, no quiero frustrarme, ni tampoco quiero exigir irrealidades. No quiero ser otra mujer, no quiero la vida de otra mujer. No quiero que mis días pasen desapercibidos, no quiero convertirme en una más que aprete el gatillo, así que, a ti también te digo no, no te doy el poder de quitarme la vida, y agradezco a todos los sí anteriores que me llevaron a este no, pues sin ellos, esto no se hubiera escrito, y sobre este papel, solo quedaría un arma con poder,no la mujer empoderada que la suelta y la deja ir.
Pues siempre hay una razón, siempre hay un sueño, siempre hay algo que nos hace pensar en mañana, y eres tu mism@.
Te dejo la canción que resume eso que no puedes decir... Stuck in a Moment, de U2.
Commentaires