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Cause I have one hand in my pocket and the other one is giving a high five!

  • Foto del escritor: EmaBlogger
    EmaBlogger
  • 17 ene 2020
  • 3 Min. de lectura

Salir de tu cama. Salir del dormitorio. Salir del lugar donde vives. Salir de todos los lugares. Es así el proceso de ingresar a donde no te imaginas, por el primer paso.

He podido ser testigo de todo lo que implica salir, verdaderamente salir. Ir contra mis comodidades, vivir lo que evité vivir, afrontar lo que me generaba miedo, y solo tuve que vivir en carne propia eso del primer paso afuera.


Al respirar aire, incluso hostil, mis sentidos despertaron, como si hubiesen estado adormecidos en un mundo feliz, ese que conozco de memoria y al que podía dominar a mi antojo, hasta cierta parte era mio.


Nadie pide sufrir. No conozco a alguien que pida al mundo estar mal, sin embargo viven con miedo a ese sufrimiento que evitan a toda costa, aun sin conocerlo, y es lógico, no tiene mucho sentido querer experimentar algo que nos produzca dolor, pero muchas veces las cosas llegan sin se llamadas, y pasa lo temido y nuestro mundo se paraliza.

Los temores son diversos, pues lo que para mí es lo peor, para otra persona puede ser solo algo más en la paleta de colores de la vida, y es por ello que la empatía es tan grande, tan amplia, que cura hasta el dolor más invisible, ese que a la larga crece y se vuelve más palpable.


Se requiere de mucha valentía, de voluntad. Puedes afrontar o dejarte llevar, pero el fin es el mismo, saliste y viste todo de frente.

Nuevamente hablo de actitud, de la manera en la que decido participar en el guion de la película que me toca vivir día a día, y es a veces muy difícil de aceptar, pero cómo observe y participe depende enteramente de mi.


Alrededor mío existen infinidad de obstáculos, energías extrañas y personas que se cruzan solo con la finalidad de hacer daño, pero cómo yo avance depende enteramente de mi.

Generalizar es un defecto. Pensar que lo que no me duele no le dolerá al otro, o que como yo veo las cosas es también posible a ojos del otro es un gran error. Sería vivir en una constante burbuja, y tener una visión muy empañada. Incluso dos hermanos con la misma crianza y las mismas situaciones vividas pueden tener visiones distintas y sentimientos generados a raíz de cómo decidió cada uno a participar en la película de su vida.


Esta responsabilidad es asumida cuando se reconoce que la única persona responsable de hacerse mas linda o mas cruel la vida es uno mismo.

Quizá asumir todo esto es lo que más miedo me dio, y me sigue dando. Pensar que poco o nada puedo sacar echándole la culpa a otros o al destino, a la lluvia o al sol sobre lo que me pase me genera ansiedad, pues no me permite poner en una bolsa toda esa frustración y probable culpa, cerrarla y pasársela a otro para que la cargue por mí, se la lleve lejos y así me ahorre noches enteras de insomnio sabiendo que pude haber hecho mejor las cosas, o pude haber manejado la situación de distinta manera, menos personal, mas abierta, mas firme, y con mejores herramientas. Esto es un constante aprendizaje, lo triste es que la escena no se vuelve a repetir, pero ciertos diálogos y espacios si se repiten, así que estaré mejor preparada.


Estar consciente de mi misma y de lo que puedo y debo manejar, a pesar de ver muchas veces terror en mi película, me permite vivir bajo mis propios términos. Solo de esa manera salgo del papel de victima al papel protagónico, sólo así tomo las riendas y manejo mis emociones y mis decisiones. Romantizar las malas decisiones y pretender vivir en una constante tormenta pues el cielo no me quiere, es esclavizarme y mirar a un costado evitando lo inevitable, una misma.

Al menos se donde piso, y donde puedo caerme, y dentro de todos los huecos en el camino que probablemente no pueda o no sepa ver, quiero asegurarme de no ser yo quien me sabotee, y quererme tanto, que cuide de mis pasos, tanto como a mi corazón.

Te invito a charlar contigo, te aseguro que será una experiencia maravillosa!






 
 
 

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